Documentales sobre presxs de ETA y Melitón Manzanas en silla de ruedas

Al ver, leer y escuchar la defensa sobre el documental que iba a ser subvencionado por el ayuntamiento de Donostia, no puedo más que estar de acuerdo.

Si la intención es mostrar como seres humanos a estos presos, no solo debería de subvencionarse, debería de publicitarse. Quiero decir, si la intención es mostrar cómo la decisión de tomar parte en unas vías violentas que ahora se rechazan por todas las grandes fuerzas políticas de la CAV destrozó la vida de estas personas; antes o después de que ejecutaran alguna acción conculcando los derechos de otras personas.

Si la intención es mostrar lo «jatorras» y lo «buena gente bien integrada» que eran y son,  independientemente de lo que hicieran, lo siento mucho, pero no comulgo con esa rueda de molino. Ojo, sí que pueden presentar el documental: al fin y al cabo,  es parte de un derecho, el de libre expresión, que demasiadas veces se ha cercenado en nombre de una y otra causa.

Sin embargo, la calidad humana de alguien también se mide en cómo valora la integridad, los derechos y la propia vida de quien está delante, incluso, y más importante que nunca, si se trata del rival o enemigx. Sintiéndolo mucho, quien toma la decisión consciente de tomar las armas, debería de darse cuenta de que se ha hundido bastante en la escala y tendrá que aceptar las consecuencias.

Por eso la segunda parte del título de este post. Supongamos que la primera víctima de ETA, Melitón Manzanas (ya traté la cuestión de la que nos quisieron colar como tal primera y los extraños funambulismos morales que una u otra parte hacen en su momento), no hubiera muerto sino quedado tetrapléjico.
Habría vivido en su lastimoso estado durante un tiempo más, quizá incluso lo suficiente para ver el fin de la dictadura. Ahora imaginemos qu se hiciera un documental sobre esos años, señalando únicamente su lado humano de inválido. Sin embargo, seguiría siendo el mismo monstruo inhumano que torturó a decenas de personas.

Únicamente como reflexión, ¿Deberíamos olvidar sus crímenes porque sufrió alguna consecuencia de ello? ¿No?

Es curioso que tanta gente me diga que sí. Pero solo para los que están delante.