Trilogía de Aquasilva y Vespera, de Anselm Audley (I): Manual

Desde que lo leí por primera vez, siempre he pensado que la historia podría beneficiarse de una introducción que permitiera seguir su desarrollo sin tener que hacerlo sobre la marcha. Ahí va mi «breve manual sobre Aquasilva«.

Aspecto físico:

Como planeta, Aquasilva guarda muchos parecidos con nuestra Tierra. Es un planeta rocoso, recubierto en su mayor parte de agua y con formas de vida que recuerdan, en su mayor parte, a las nuestras.

Pero resulta tener unas dimensiones mucho más grandes. Nuestro maltratado hogar planetario tiene una circunferencia ecuatorial de 40.000 kilómetros, mientras que Aquasilva se va más allá de los 104.000, correspondiendo a un radio ecuatorial terrestre de unos 6.350 km y un diámetro ecuatorial aquasilvano de 16.550 km aproximádamente.

Tomando ambos cuerpos como esferas, y aplicando la fórmula para el volumen de la esfera, encontramos que Aquasilva ocupa unas 18 veces el volumen de la Tierra.

Aparte de eso, se menciona que Aquasilva tiene tres lunas y anillos planetarios, pero sin especificar tamaños ni aspectos. A diferencia de la Tierra, son facilmente visibles al ojo desnudo nubes brillantes de polvo interestelar.

Geografía:

Hay muy poca tierra emergida, menos del 10% del total de la superficie es tierra firme. Además, no está distribuida uniformemente, con una única gran masa continental, Turia, alrededor del polo norte. El resto de continentes se encuentran concentrados sobre todo alrededor del Ecuador  y en un único hemisferio. Ademñas, nos encontramos con un puñado de grandes islas, siendo Qalathar el mayor. Thetia, el asiento principal del Imperio, tiene forma de cráter con anillos de montañas alrededor. Por último, el Archipiélago, como su nombre indica, está formado por una cantidad de islas menores que dejarían nuestra Polinesia a la altura del betún.

Política, historia y religión:

Como ocurrió y ocurre en nuestro propio mundo real, los tres conceptos van muy unidos. Empezando por el marco político y religioso de la trilogía, no hay que rascar demasiado para encontrar paralelismos importantes entre el ficticio Imperio Thetiano y el histórico Imperio Romano. Los paralelismos van desde la lengua, que no es difícil de reconocer como latín, pasando por una especie de senado y la existencia de legiones, llegando hasta los emperadores chiflados que afloran aquí y allá a lo largo de la historia. Todo ello aderezado con nombre imperiales como Carausius, forma latina de Caracalla, uno de los emperadores romanos transtornados y Aetius, reconocible como el nombre de Flavio Aecio, el general romano que venció a Atila.

Aparentemente, el Imperio consigue mantener cierta soberanía sobre una serie de enclaves continentales como el continente de Océanus, cuyo rey es vasallo del Emperador y tiene pretensiones sobre una serie de otros territorios que son manifiestamente antagónicos.

Están las repúblicas. Pueden ser talasocracias, en las que los almirantes dominan la política porque controlan los mares, lo que debería de ser obvio en un mundo así. Están las repúblicas con magistrados y elecciones más o menos cerradas. Y están, por supuesto, los mercaderes. La mayor ciudad/repúblic comercial es Taneth. Para buscar la inspiración histórica real, baste decir que uno de los personajes de la trilogía se llama Amílcar Barca.

Por último, están los bárbaros de las fronteras, conocidos como «halethitas», habitantes de uno de los continentes que se han vuelto poderosos gracias al apoyo del orden religioso dominante.

Sobre dicho orden religioso es más simple. O adoras a Ranthas, señor del Fuego, o te puedes preparar para la exterminación completa. Lo malo del caso es que no les hace falta una fé fundamentada en los libros. Disponen de la capacidad de manipular el fuego y formas derivadas, como el «éter» que resulta ser algo muy tangible en Aquasilva,  para imponer sus creencias. Este orden de sacerdotes toma el nombre de «Dominio».

Por supuesto, hay otras creencias. Los clásicos del Viento, la Tierra, el Agua. Pero también se consideran elementos el Espíritu, el Tiempo, la Luz y la Sombra. Cada uno de ellos, más o menos, tiene personas que los siguen. Personas a las que el Dominio gustosamente daría una calefacción a base de hoguera.

Precisamente, hay que retrotraerse a doscientos antes del inicio de la historia de la Trilogía, hacia el 2550, para encontrar las raíces del poder del Dominio y su empeño en el exterminio de cualquier otra creencia. Por aquella época, Thetia acababa de ganar, a costa de enormes sacrificios, la guerra contra el pueblo del norte conocido como Tuonetar asentado en el continente polar, Turia.

Sin embago, los magos del Fuego que habían combatido en dicha guerra convencieron a Valdur Tar’Connantur, por entonces Jerarca o supremo sacerdote de todas las religiones, de que apoyarían la usurpación del trono imperial a cambio de la proscripción de las demás religiones.

Valdur aceptó y desencadenó un baño de sangre en todo el Imperio, aunque consiguió hacerse con la Corona de Estrellas, símbolo del poder imperial.

Desde entonces, el Imperio se ha debilitado y el Dominio no ha dejado de ampliar su poder en doscientos años, llamando a la cruzada para exterminar a los enemigos de su fe cada vez que fuera necesario.

Es en este punto cuando empieza la historia de la trilogía.

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2 respuestas a Trilogía de Aquasilva y Vespera, de Anselm Audley (I): Manual

  1. Rambler dijo:

    Y se sabe algo de cuando sale el 5º libro? la continuación de Vespera, porque en 6 años sacó 4 libros y ahora lleva otros 6 sin sacar nada…a ver si sale pronto!
    Por cierto buena explicación del mundo de aquasilva 😀

    • NeoAC dijo:

      Por desgracia no se sabe. Por motivos diversos, Audley no ha escrito mucho últimamente. Aunque podría cambiar, segun lo que escribio en su blog él mismo.

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